Enfocarse en la respiración es el mantra por excelencia en cualquier escuela de meditación. Y tiene toda la lógica. Respiramos constantemente, pero casi siempre lo hacemos de forma inconsciente.
- La abeja : Este ejercicio está especialmente indicado para aprender a atender y concentrarse en su respiración, invita a la interiorización y es un recurso fantástico para practicarlo juntos y calmar los ánimos.
«Vamos a taparnos las orejas con los pulgares, uno en cada oído, y apoyamos el resto de la mano en la cabeza. A continuación lo que vamos a hacer es cerrar los ojos e imitar el sonido de una abeja Zzzzzzz. Una vez cogido el aire, al soltarlo vamos a hacer este zumbido».
Este ejercicio permitirá que se centren en la respiración y presten una especial atención a cómo cogen el aire y cómo lo expulsan.
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